1. La apatia del invierno ...
El bajón invernal puede hacer que muchos nos sintamos bajos de energía, pero afortunadamente existen muchos enfoques naturales para mejorarla. La clave para mejorarla varía de persona a persona y esto tiene mucho que ver con las causas subyacentes de la pérdida de energía, que a menudo no se pueden remediar con una solución mágica.
1) Falta de ejercicio
Según la Fundación Americana del Corazón, ¡estar sentado es el nuevo hábito de fumar! Un estudio de 2011 documentó a 800.000 personas y sus hábitos de estar sentado. El estudio descubrió que las personas que pasan más tiempo sentadas, en comparación con las que menos, tienen un mayor riesgo de enfermedad y muerte, con factores causales como:
- 112 % más de riesgo de diabetes.
- 147 % más de riesgo de eventos cardiovasculares como infarto y accidente cerebrovascular, y, posteriormente, un 90 % más de riesgo de muerte por estos eventos cardiovasculares.
Los humanos no estamos hechos para estar sentados todo el día, sino para cazar y movernos. Tenemos músculos y articulaciones diseñados para usarse con regularidad, y cuanto más nos movemos, mejor nos sentimos, ¡incluso si al principio nos sentimos un poco rígidos y tiesos! El movimiento es medicina y, al hacer ejercicio, mejora el flujo de oxígeno y sangre a nuestras células, ayuda a aliviar el estrés, favorece el equilibrio hormonal y equilibra el azúcar en sangre. Irónicamente, cuanto menos ejercicio hacemos, peor nos sentimos: nuestra energía disminuye y ¡queremos hacer ejercicio aún menos! Esto crea una espiral descendente de la que puede ser difícil salir. Así que ataja de raíz y muévete a diario. Es mejor moverse a diario que solo una vez a la semana; incluso si son solo 30 minutos al día, es mejor que nada.
2) Mala nutrición
A medida que envejecemos, necesitamos menos calorías y más nutrientes. Nuestro metabolismo se ralentiza, nos movemos menos; algunos estamos jubilados y nos movemos menos que cuando trabajábamos; a veces subimos de peso y a veces comemos mal. Y, sin decirlo claramente, sí, somos lo que comemos. Por lo tanto, si llevamos una dieta baja en nutrientes, nos sentiremos agotados y faltos de energía, ya que el cuerpo no tiene suficientes ingredientes para producir o reparar células. Nuestro cuerpo necesita magnesio y vitaminas del complejo B para producir energía, pero sus niveles pueden ser bastante bajos en alimentos refinados, cocinados en exceso o procesados ??en exceso. Los alimentos altamente procesados, como los carbohidratos refinados, pueden provocar altibajos en el azúcar (comúnmente conocidos como subidón y bajón de azúcar), dejándonos con una sensación de agotamiento, irritabilidad, cansancio y desenfoque.
Las dietas restrictivas también contribuyen a una mala nutrición. Si se excluyen demasiados grupos de alimentos o se consume poca variedad, esto puede provocar deficiencias nutricionales y, en última instancia, desnutrición, lo que aumenta la presión sobre un sistema corporal que ya está sufriendo debido a la falta de variedad de nutrientes necesarios. A veces es necesario evitar ciertos grupos de alimentos debido a creencias éticas o religiosas, alergias o intolerancias. Es fundamental abrir tu abanico de opciones alimentarias para incluir la mayor cantidad de color, variedad y texturas posible. Recuerda que existen tres grupos de alimentos: proteínas, carbohidratos y grasas. La clave está en incluir y reconocer los buenos (por ejemplo, grasas buenas: aguacate, aceite de oliva, frutos secos, semillas, etc.). Si hay ciertos alimentos que simplemente no puedes comer o tolerar, tomar suplementos es una buena alternativa.
Con frecuencia, la deficiencia nutricional más común es el hierro, y unos niveles bajos de hierro pueden provocar desmotivación, fatiga, debilidad y cansancio. Sin embargo, corregir esto es sencillo y puede tener un profundo efecto en los niveles de energía. Las mujeres son propensas a tener niveles bajos de hierro y, si experimentas fatiga, podrías considerar revisar tus niveles de hierro y realizarte una prueba de función tiroidea, ya que esta es otra causa de fatiga en las mujeres.
En la segunda parte de este artículo, hablaremos sobre cómo otros factores afectan nuestros niveles de energía y cómo podemos mejorar el funcionamiento tanto del cuerpo como de la mente.
Ofrecemos asesoramiento nutricional y de ejercicio para que encuentres el equilibrio perfecto para tu cuerpo. Si quieres tener más energía, sentirte mejor o simplemente hablar con alguien, visita o llama a VaVa Salud y Bienestar Complementarios y déjanos cuidarte.
Namaste, Ashlí